Pd: ahora siempre digo que vi chimpancés
pero no es verdad no fui yo quien los vio
sino tú, y a través de tus ojos los vi yo
y a través de los años y de los eslabones
que nos separan a ti y a mí de ti y de mí
y a los delicados chimpancés
de nosotros
tan poco modernos.
Si dios llora
cada una de sus lágrimas
es un chimpancé y un tú
y un yo.
En la mesa del salón
descansa un librillo
que nadie ha movido en días.
En la portada, la acuarela
de una higuera.
Dentro, un nombre.
Manuel García Herrera.
Mi padre fue a su velatorio
y trajo el librillo
que nadie ha movido en días.
“Nunca, nunca
te olvidaremos”,
reza la tercera página.
La cuarta está en blanco,
y es la que queda bocarriba.
Porque quién ha vivido en el presente
cuando hay tantísimo del futuro que continúa sin nosotros.
Una muchacha dice se acabó
en mitad de la noche de un invierno largo
como recortando por la línea
de puntos que es un amor
que es un tristísimo olor de boniatos
asados que es un techo con agujeros
por los que se ven las estrellas como
receptáculos de atrasada esperanza.
Después de follar, cada uno se viste a sí mismo.
Echo de menos la ciudad. El oro
por encontrar. Los reflejos. Una tierna
violencia de espacios ocupados, correr
tras un ansia sin nombre. La luna ladrando ventanas.
Huehuecoatl; el coyote viejo y bromista que baila y se burla de otros dioses, instiga guerras entre los hombres, solo por diversión. Guía de los jóvenes, los asombra con su pragmatismo y astucia. Junto al fuego, ambos sacamos su carta.
Seguro que trecuerdo cosas de ti que tú has olvidado.
“Os hablo de solidaridad con los estudiantes y los obreros y vosotros me habláis de travelings y planos generales ¡Sois unos imbéciles!” Godard
- No saben que todo se convierte en polvo.
- Sí los sabemos, y aún así amamos.
- Y aún asi bailamos.
En un sueño, Truffaut le enciende un cigarrillo a Luis Buñuel, y la colada de lava se traga las margaritas, que no tienen ni tiempo de arder.
El icono de Judas en una última cena se retira con un diablillo en el hombro, pero su halo permanece, con la silueta de su perfil recortado en su interior.
Dejar todo atrás. Fácil. Matices.
Deleuze corrige:
“Incluso cuando es la chica más encantadora, es una terrible devoradora. No por su alma, sino por sus sueños. Desconfiad del sueño de los otros, porque si estás atrapado en un sueño ajeno, estás condenado. No os dejéis atrapar nunca en el sueño de los otros.”
“Agradable, estéril atmósfera.
Hipnóticamente caucásica.
El batido de chocolate es exageradamente caro
y al mismo tiempo fácil de robar:
otra de las pequeñas pruebas de dios”.
4 de 5 estrellas.
Gente entrenando cuervos con recompensas más jugosas cada vez, hasta que les traen billetes.
Chloë Sevigny se aburre si tiene donde dormir.
Alguien hipotetizó el otro día “si cagáramos turquesa…”
Thuram, el senegalés que vende DVDs piratas en el paseo, sabe más de la revolución cultural que tú. Le pedí que me trajera la competición de lanzamiento de crackheads, que a lo sumo pesan unos 60 kilos.
Ni siquiera eres capaz de soñar un sueño entero, ¿verdad?
Broma de bar sumeria: un perro entra en un bar y dice: no veo nada. Abriré esta.
Que le jodan a JJ Cale, a Frank Ocean
a las migas de pan en el bolsillo de
tu bonita camisa a vestir bien
al paseo entre la hojarasca del parque
que le jodan al misterio y a la persecución
al puto secreto de la vida a la puta ley de atracción
que le jodan al buen gusto al infierno (que nunca
son los otros) a vivir en el intersticio de
la vidas de los demás
que le jodan a las infancias que se entienden cuando te haces viejo
al cartero a los diplomas que le jodan a fingir pasión por un trabajo que
quemarías si no te mantuviera vivo a los cisnes
a la salamandra a todos los animales que pueblan la tierra
que le jodan a los colores todos ellos a los amaneceres anaranjados todos ellos
a los atardeceres anaranjados al zumo anaranjado de naranja
que le jodan a la oposición más fundamental de todas:
presencia y ausencia
déjame ser ciego, dame la verdad y devuélveme a mi chica
para que mi alma pueda cantar
- Y aún así bailamos
¿en paz?
¿en paz?
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