sábado, 20 de abril de 2024

 La noche más rara de mi vida

Ketazo kolokon Morao del revés

Llegamos a art en patinete volando por Madrid río como pájaros de fuego hermosos en la noche más adentro cada vez

En la sala los espacios se desdoblaban al tiempo que mi ego se plegaba sobre sí mismo

Me puse a pensar en la ridiculez del concepto persona

En tanto que organismo dotado de personalidad, emociones y deseos propios

Bailé y se me pasó

En lo que bailaba me vi besando a una chica de flequillo rubio

Y ya estábamos en el cuarto oscuro

Luego flashes

Caí bien y mal

Partes iguales

Contra mí y a mi favor

Sin detenerme

Todo el miedo que atesoro

Lo provoca la gente

a carlos estuvo a punto de darle algo

Esperamos y volvimos a esperar 

Parados en medio de la calle como estatuas lo único vivo nuestros ojos inyectados en sangre quizá demasiado vivos

Esa visión penosa y alegre de dos chicos jóvenes drogados claramente fuera de tiempo (ya son las 11) y de lugar (calle arenal, domingo) peleándose con unos patinetes de alquiler que dios no quiere arrancar esta mañana

Los habíamos cogido tan solo 30 metros antes pero Carlos se cayó e insistía en ser capaz de llevarlo

Sudando, los ojos como platos, la mano que antes se llevaba constantemente a su alterado corazón ahora se protege el codo; se ha hecho daño pero eso ya lo sabrá mañana

Esto no tiene gracia

Y sin embargo es lo más gracioso 

Que pasó aquella noche

Espero que las cosas se arreglen dentro

Y pronto

Anoche volvimos a salir

Ket, 2c, pastis, vodka y red bull

Ardí a bailar

Creo que le gusté al camarero

Me invitó a una copa, yo a un chicle

K hole, chem sex, drum breaks, chicas que te pegan el dengue si les dejas pero que en realidad solo quieren que las escuchen 

Disocié un rato en el lavabo, luces de neón azul

Podría haber acabado muy mal

Ni hablar podía 

Estaba ocupado soñando los volúmenes equivocados de las salas 

Volví a dudar del concepto persona

Quisiera haber leído más filosofía para tener las palabras

En un portal un hombre me cantó flamenco

Y me removió 

Acabamos en un piso de after y me sentí un extranjero

La keta es un aeropuerto desierto y resplandeciente 

Toda superficie nítida y el sol de la mañana reverberando en los mármoles 

Pero es un plató, o como en sinecdoque Nueva York, una nave kilométrica, y detrás, no hay nada

Limpia sensación de extraterrestrialidad

Espacio liminal

La oposición más fundamental de todas: presencia y ausencia

Hay algo inquietante en lo que debería no estar, y está 

Pero el horror más abyecto y sutil es el

 que provoca lo que debería estar, pero no está